Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

sábado

cuerpo

cuerpo vacilante entre moldes de plástico
que no se mira, que no se toca y que no busca espejos enormes
ni miradas frías ávidas filosas
corre sola entre pasillos finos 
de los laberintos, lo sabe, se sale por arriba
contribuye despacio al espacio entre tus labios
no le quedan más opciones que reír
desespera multitudes pero nadie la observa
quisquillosa, equidistante, archipielágica.

inerme camina hacia vos, sin elásticos,
sin cierres, sin botones, sin ella.
se escurre entre los lentes de otros tiempos
se evapora hacia la lluvia furiosa.
se incorpora, te mira y sonríe
se hace niña, se hace vieja, se hace frágil.
huye su mirada en otro horizonte tempranísimo
pero entrega su beso como ofrenda y 
propuesta de un viento mejor.

viernes

y que no temieran

and ne forhtedon na

Me recuesto en el sillón del living. Dejo un vasito de vino tinto en la mesa para tipear a oscuras. Las uñas rojas, el teclado negro. La luz del Blackberry titila en un rincón. 


Me despego los borcegos, creo que hoy hizo frío y que tendrías que estar tirado en mi sofá. Es probable que sea la última vez que los vaya a usar en esta primavera intermitente, en que los destrocé a patadas por todas las calles, por todas las aulas. A los borcegos.

Hoy el cielo regalaba soles y gotas con un arbitrio a prueba de planificaciones. Hoy recorrí tres plazas con vos. Hoy mi pelo no hizo lo que yo quería. Hoy vi un capítulo injusto de la serie que recorro ávidamente. Hoy, no sé, me da un poco de calor el vino. 


Tiro el saquito por ahí. Me estiro. Me siento derecha. Tipeo un poco más. Las vacaciones me son esquivas, me evaden como los chicos de baja estatura y las amistades recomendables. No empiezo a descansar, y ya me aburro. Festejo, me quejo. Y así.

Recorría con tu mirada la mía para desempañar mi conciencia y arrastrar con una mano todas las nubes, todas las dudas. Paso el antivirus para curar la promiscuidad de mi computadora llena de archivos indignos por piratas por robados por prestados. Busco asustarme con los rincones oscuros de la habitación, que no tienen límites, que no tienen nada. 


Las fobias me odian, me rechazan. Nací sin miedos, sin excusas y con más de un dios que excomulgué hasta quedarme con vos.

Decidí elegir, inventar, otros miedos. A algunas palabras, a algunos vientos. Al mar. A los finales. A algunos relojes, algunos viejos, a los percheros con abrigos, mochilas y sombreros colgando. Semejando un señor jorobado, muy alto y erguido. 


Extraño algunas voces que no me pude olvidar. Alguien indeseable espera mi aprobación de amistad en Facebook. Una amiga me pide consejos. Respondí segura, leí una revista que yo podría escribir. Armé una lista inverosímil de compras para irme de retiro y de viaje hasta siempre jamás.

Hoy instalé entre los pulmones y el esternón programas nuevos, borré discos, tiré ropa que no uso más. Hoy me conmoví entre el viento gris y el cielo rosa, entre gotas, a distancia de la que fui y viéndome de repente no tan lejos de la Florencia que puedo ser. 


Hoy me esperé en una que no conozco. Una que no se muerde los labios, que no evita la mirada, que no necesita este sábado bailar reggaetón. Aquella que no soporté y de la que alguna vez me dolió ser sombra, su espectro enamorado del amor, sola y soleada, proyectada contra un fantasma cruel y torpe. 


Aquella que no soy y que no puedo ser pero que ya estoy siendo me espera al lado de un camino.  Otra me espera cuando quiera crecer. Otra. Insomne, latente, incesante. Viva y distribuida de los tobillos a las cejas en un amor instante, un amor percha, un amor plaza, amor pasaje. Amor amor.



Mis textos, últimamente, terminan de golpe. Como si recién empezaran. No era la idea que éste estuviera dedicado a los temores, ni a la muerte, ni a Jorge Luis.  Y si ese hubiera sido el objetivo, tampoco salió bien. Con todo, describo y desdibujo. Me la juego en una guerra que ya doy por perdida. Duermo mal, escribo bien, o viceversa. La frontera entre una y otra actividad es una zona cada vez más difusa. No temo. Me meto con vos. Y no te duro ni un round.