Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

lunes

ya me robaron el corazón
ya me cagaron a tiros en Morón
ya me lavaron la cabeza
por nada
la escuela todavía no me enseñó que a 
mi mundo lo partieron en dios,
mientras mis sueños se desangran
por nada
ya no intentamos disimular la guerra 
en tiempos de paz
porque los muertos siguen vivos
ya me juraron que no es verdad 
mi viejo sueño de volar
ya me guardaron en una jaula
por nada
sigo escribiendo sin parar que el mundo 
está por estallar
y ustedes en la oficina
por nada

ya me robaron el corazón

pero el amor es más fuerte
pero el amor es más fuerte
pero el amor es más fuerte

se llama.-


Lo que me emociona y me deja los ojos brillantes,
lo que me sobra y me pincha,
un impulso,
una idea genial que me pasa por la cabeza,

una locura entre amigos,
lo que me preocupa justo ahora,
lo que me sostiene cuando ya no puedo más,
las barreras que pongo para no lastimarme,
los refugios donde descansa mi corazón,

esos espacios donde no entra nada ni nadie,
eso que me hace ser quien soy y nadie más,
lo que llevo en el ADN como marca registrada,
lo que guardo solo para mí,

mis heridas, mi cansancio, mi todoslosdías.
Mis personas, lo que hago, lo que tengo, lo que más amo.

Mis tiempos, mi historia, todo lo que fui y todo lo que
puedo llegar a ser.

Cuando me centro y sintonizo con lo más profundo que palpita en mí,
cuando calmo la esquizofrenia, el cálculo, el análisis, la ansiedad 
de saberme totalmente,

cuando soy sencillamente yo, con más preguntas que respuestas,
entonces me veo y me percibo simple y compleja, chispa y misterio,
la posibilidad de mucho más de lo que fui y de lo que soy.

Y entonces puedo decidir.
Y en ese punto, hay un momento, un instante para jugarse, para lanzarse.
Todo o nada, con todos los miedos, con todos los riesgos
pero sobre todo con esperanza.
Sin garantías, sin seguro, sin firmas en ningún lado.


Un con todo lo que soy que es un no a muchas otras cosas.
De lo más profundo a cada uno de mis lunares, 
de lo imperceptible a lo que me hace sonreír.

Un momento que cambia el para siempre, una entrega 
 sin vueltas 
ni letra chica,
una entrega que se elige, se reafirma 
y se renueva cada día,
en cada paso, en cada respiración.


Una entrega que se llama felicidad.




Vos conocés lo más profundo de mí, nada mío te era desconocido cuando yo me iba formando en lo oculto y era tejido en las profundidades de la tierra. Tus ojos miraban mis acciones, todas estaban escritas en tu libro, y también los días que me diste, antes de existir. Qué profundos son tus proyectos, qué innumerables son todos juntos; si los cuento, son más que la arena, y si terminara, aún quedás  
Vos.  
SALMO 139, 14-18

martes

23 de abril.-

Como el amor de los desconocidos,
me espera el sol en una estación.




Esperamos hace muchos días un día como este. Apenas latía este año diez con su sobredosis exacta de esperanza e incertidumbre, y soñamos el 23 de abril. No sé por qué ni cómo, supimos en comunidad que el 23 de abril sería un gran día.

Sé cuándo y dónde, deseamos un día en el que lo esperado pasara, en el que lo inesperado se abriera camino entre las ruinas de lo cotidiano. El 23 de abril era un punto lejano en el horizonte del calendario. Lo agendamos y sin hacer planes, sin hacer cálculos, sonreimos en la convicción de que lo posible es posible.

Y después soltamos la ansiedad y seguimos caminando. Y después pasamos por lo triste, por lo costoso, por lo genial y por lo mejor. Atravesamos la ciclotimia por caminos cercanos pero distintos, el recuerdo y la fiesta, los abrazos y el tiempo, los besos y las despedidas.

Yo me había olvidado de que el 23 de abril era  
un día de milagros, un día de suerte.
(esa suerte buena, no la de las loterías sino esa que, sin explicaciones, te hace coincidir en cada suspiro con lo que va a pasar, aunque tome caminos retorcidos).
Pero algo devolvió a mi memoria la cita con la verdad y la aventura, y no puedo faltar. 

Descargo mi equipaje para llegar liviana y miro al sol pálido de otoño sin miedo a que me encandile. La confianza en lo que se agita entre lo mágico y lo ilógico, el amor por estas palabras esdrújulas y la brújula infalible que me lleva por el camino del error son buenas herramientas para llevar en la mochila sin que pese ni detenga mis pasos que pegan con firmeza contra el cemento, entre plaza Houssay y Ayacucho 638 (porque nadie sabe, nadie sospecha que estoy escuchando reggaeton antes de entrar a Literatura Medieval).

Así que ahí voy. Es increíble cómo mejora a una semana la espera de un gran día. Cómo ilumina a una década la larga espera que precede a un segundo del paso de un cometa, y su improbable avistaje en una islita del Pacífico.

Otro Quijote

"abrite los amores que vamos a intentar la trágica locura total de revivir". -se escucha que alguien susurra en la tarde fría y vedada por la cuarentena-.

Él ya no cuenta sus años, no le hace falta envasar y clasificar su tiempo vivido con la intensidad propia de los caballeros andantes. Él lleva varias capas superpuestas de ropa de colores indefinidos, bolsas dentro de bolsas para no llevar nada pero para transportar tanta vida. Viaja en tren sabiendo que no sabe a dónde ir. Nadie se sienta a su lado. Yo, que no llevo armaduras y tengo tanto por aprender, sí.

Abro el libro que vuelve a caminar delante de mis ojos cada vez que mi vida pendula por las vías entre Morón y Once. Trata de un loco al “que se le secó el celebro” de tanto leer historias de caballería. Un loco que intenta resucitar esas épocas de oro en sus tiempos de hierro. Así dice. Yo, que me entusiasmo febrilmente con y contra casi cualquier cosa, lo mastico con gusto.

Le da sentido a su sensible certeza de saber que no tiene sentido. Habla en voz alta de otros tiempos, de otros países, de otras vidas, en otros universos. Multiversos. Canta bajito, cuenta historias. Su corazón se enreda ahora en un momento, ahora en una persona, en una madeja tibia de recuerdos que desovilla un poquito para mí.

El otro loco, el otro Quijote, va en un caballo flaco y casi tan maltrecho como este vagón del Sarmiento por las llanuras de la Mancha, entre Liniers y Villa Luro. Incansable, porque se sabe fundamental para todas las historias, novelas y películas pasadas y por venir. Insiste en equivocarse, o decida usted si es un error, una locura, luchar lanza en mano por un mundo perdido y desquiciado. Le muelen los huesos otra vez, triste figura.

Y una con sus locos en estéreo, sentada vuela rumbo al corazón de la locura a intentar desentrañar el misterio de sus por qué, a navegar entre letras y voces, y ahogarse las más de las veces. Una que se pregunta sino será quijotesco dar la batalla acá, con una sonrisa y unas canciones, con unos colores y un par de libros que ningún mamífero necesita para respirar.

Pero ahora se deja de preguntar y de dudar, y disfruta de esa orquesta desafinada de pobreza, se maravilla de la lucidez estos locos, cree en la fe de los valientes Quijotes, y agradece ser testigo de unas joyas en el barro de la mediocridad. Ficticios e inverosímiles, perdidos en la niebla hoy u ayer, en Once o en el Toboso, eso ya no importa, que son límites que los locos no conocemos.

Me enseñan, y creo que no lo saben, a viajar en tren.

¡Viva! ¡Los locos que inventaron el amor! -el mismo que antes, que ahora grita, envalentonado por el viento de la misma tarde, que ahora se siente un poco más libre y saludable.

viernes

Patologías de temporada



¿Quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?

Síntomas:
No, no es eso. No es un síntoma tan patológico esto de hacerte la desdichada para llamar la atención, y ni siquiera con objetivos artísticos, para tener algo sobre lo que escribir. A los artistas como una le interesan las carencias, las ausencias, las desilusiones, las esperasPero en cada letra buscan la felicidad y la alegría esa que zumba y se vuelve rasgueo de guitarra, tardes de abrazos, aurora austral, noches de fiebre.

No es tampoco la convicción de que se tiene lo que se merece, me hago cargo de no tener lo que no soñé con suficiente ingenuidad, con la dosis necesaria de locura, entrega e inconciencia (todo lo que, en las noches de subasta, viene a ser la misma amorfa cosa).

Pero la responsabilidad asumida sobre mi presente no me inmuniza contra las preguntas fatalistas, no me anestesia frente a la sensación de expectativas bombardeadas, no me saca de la boca el sabor a poco, el dolor del casi, la industria de quéhubierapasadosi…, el porquéamí, las palabras no dichas, los arrepentimientos tibios.

¿Quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón.



Diagnóstico:
Claro, las tardes frías convierten las vueltas a casa sola, los apuntes y la abstinencia de chocolate en un escándalo, una angustia mundial, un silencio atroz que rasga el viaje de tren en mil retazos de recuerdos inexistentes, reconstruidos con criterios mentirosos, tráilers de películas que no vi.

Es por eso que lo de siempre se vuelve intolerable, herida pendiente y deuda abierta. Es por eso que la valentía, la generosidad y el entusiasmo se disfrazan de palabras sombrías y van al freezer del todavía no. La creatividad se pone a prueba en aulas y bares y vagones.

El aguante estos días, es exprimir el corazón para que dé mucho mucho más de lo que tiene, de lo que haría en condiciones ideales. El corazón, relojito ilógico, desborda el límite, late en el caos, se reinventa y sale caminando con sorpresa, absurdamente.

Entre nomeolvides me dejé nuestros abriles olvidados en el fondo del placard, eran tiempos dorados, un pasado mejor.



Tratamiento:
La tercera etapa del desequilibrio recurre al pasado épico, a reciclar libretos recauchutados empujándolos dentro del túnel de un hoy otoñal y deshilachado. En la tercera etapa el remedio oscila entre la memoria emotiva, el agradecimiento frívolo, la racionalización de la crisis, el armado de maquetas de mejores momentos para mañana. Se recomiendan, con todas sus contraindicaciones, anestesias varias en sustancias, personas y lugares legales pero peligrosos.

La cura definitiva es dolorosa, y fue centro del debate del último Congreso Iberoamericano de Patologías de Temporada. Pero la corriente más prestigiosa coincide en aceptar el fondo del pozo como el lugar de la sanación. Pozo, horno, nostapóelagua, canciones tristes para sentirte mejor, cagadas enormes en madrugadas oscuras, irresponsabilidades irrecuperables, confesiones terribles sin censura y a media voz en teléfonos y bares por la madrugada.  

Desastres naturales, caos en la habitación, destrucción de diarios íntimos, bombas atómicas en el barrio. Conciencia del pozo, y después, arrastrarse hacia la luz.

Y aunque casi me equivoco y te digo poco a poco no me mientas, no me digas la verdad, no te quedes callado, no levantes la voz, ni me pidas perdón.




Recuperación:
Finalmente, el paciente, o sea yo, la paciente, más que paciente, vuelvo al sol. Desde lejos no se ve, desde afuera no se nota pero se presiente el fin de la tormenta. No me acuerdo, no sé cómo era que se llega a remar con viento a favor y la garganta despejada. Pero llega un día en el que todo está bien, las promesas rotas vuelven a su lugar de promesas incumplidas pero vitales.

Ese día las mochilas no pesan, las mañanas no son de sueño, las tardes no cargan con la añoralgia, el extrañor, el tiempo perdido. Hay un día de diálogos armoniosos, de tratados de paz, de sueños rosados. La noche de ese día no tiene vueltas en la cama, el corazón no se pasa de moda, no hay reproches ni reclamos ni culpas.

Es sólo un día, dura sólo un día. Pero va a llegar.

martes

Encuentro.-

¿Qué es encontrarse?
  ¿Siempre que estamos juntos nos encontramos de verdad? 
Para encontrar, primero hay que buscar.
Para buscar de verdad, hay que sintonizar con el corazón
Y además, hay que reconocer que lo que buscamos es algo importante, 
valioso, como para ser buscado. 
Lo que vale es un tesoro. 
 Todos los tesoros están escondidos. Todos los tesoros son buscados.


Para encontrarme con un VOS, tengo que primero encontrar mi YO. 
Para valorar a un VOS, tengo que valorar mi YO. 
Para buscar ese VOS que necesitamos, tenemos que buscar este YO que tenemos. +
 Y el que busca, si busca con el corazón, siempre, siempre, encuentra.




donde está tu tesoro,  

está tu corazón...

miércoles

Recreo.-

El recreo es el mejor momento del día, ¿o no?
Es como una muestra gratis de las vacaciones. Pero mejor, porque dura unos pocos minutos.
Es una pausa, como una coma, para tomar aire y seguir leyendo o escribiendo. Una pausa para comprender, para digerir.

El recreo es como una puerta: a medio camino entre dos lugares o tiempos distintos. Pero no es ninguno de los dos.
Esos minutos de risas, conversaciones, miradas, rondas, me hacen bien.

Siento que el lugar en el que paso tanto tiempo y esa gente que ya conozco de memoria, mis compañeros, construyen lo que yo más quiero y necesito: una eutopía, un lugar bueno, un lugar mejor.

Recreo es una palabra hermosa. Fijáte.
El verbo es recrear: significa diversión, o sea hacer una versión diferente de lo que viene siendo siempre lo mismo. Hacer un cambio, patear el tablero, intentar por un nuevo camino.
Recrear es tener tiempo libre. Sí, libre significa tener capacidad de elegir. Y elegir una cosa entre otras, decir un sí, requiere decir muchos no, y bancársela. Elegir una dirección, darle sentido, caminar hacia allí.
Si no elegís, estás haciendo una elección, una de las peores. La peor decisión es no tomar una decisión.

Recrear es jugar. Jugar no es ganar ni perder. Es jugar por jugar. Jugar implica conocer el juego y aceptar que tiene límites. Ningún juego es divertido sin reglas y límites. A veces los juegos más difíciles y dolorosos son esos de los que no conocemos las reglas.

El límite es necesario para la vida: la noche y el día se ponen límites, el verano y el invierno se ponen límites. El silencio y la palabra se ponen límites. Nada existiría sin el límite. Vos tampoco. Y ese es todo un desafío, ¿o no?

Jugar es jugarse. Vale la pena.

Pero además, escuchá bien: Re-crear. Crear de nuevo. Poner en juego tu creatividad para dinamizar, movilizar, conmover, inquietarte y transformar para hacer algo distinto. Algo nuevo, desde lo posible. Desde vos, para los demás y en todo el mundo.




Re-crear es valorar y amar la primera creación, que sos vos. Ser vos mismo y animarte a más. La creación que es el otro, tan creado y amado como vos. Es asumir el error y el defecto y la herida como parte de la creación.

Re-crear es dejarse moldear como una plastilina, una arcilla, la masa del pan. Para mejorar, para crecer, para poder arreglar las grietas e incluso, para rompernos en muchos pedacitos y volvernos a hacer.

En primera persona, “yo creo” es tanto crear como creer. Yo creo. Yo recreo. Es más, yo re-creo.

Creo en vos y en mí. Creo en Nosotros y la ronda de amores que somos. Re creo. Yo creo con pasión, con esperanza, con confianza. Con el sol en la mirada.

Creo, todavía, en este lío de mundo, este lugar tan difícil, absurdo y hermoso que recibimos para cambiarlo. Re-creo.
Creo en el presente, en el hoy, en este momento. Hubo tiempos mejores. Pero estos tiempos son nuestros. Yo re-creo.

Creo a pesar del dolor y la oscuridad. Re-creo aunque no tenga lógica, porque la fe no tiene lógica, tiene alma.
Yo creo, re-creo con todo lo que soy, pongo todo, doy todo, me juego.
Creo en el amor porque no muere y nos da identidad. En el servicio porque transforma. En la vida, porque late con fuerza en el sol y las plantas y los abrazos de mis amigos.
Yo re-creo en vos.


un efecto fugaz

mientras vos jugás, los secretos del fondo del mar se remueven cuando hay tormenta. el tiempo nos ayuda a olvidar, pero no siempre es bueno callar todos los silencios. tendremos que dejar de hacer ruido para que las voces desde el mar resuenen y nos cuenten lo que nos quedó en el pasado
mientras jugás, la otra cara de la luna mira hacia otro lado, y tiene otra historia escrita, que podemos conocer. que yo quiero conocer. mientras vos jugás por jugar, y yo desafino alegremente una canción demasiado conocida que nadie sabe.



son dos, las caras de la luna son dos
prefiero que sigamos mi amor,
presos de este sol.
dejar, amar, llorar,
el tiempo nos ayuda a olvidar
allá, el tiempo que me lleva hacia allá
el tiempo es un efecto fugaz

hay secretos en el fondo del mar

...

mientras vos jugás..