Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

jueves

cuando los satélites no alcancen

yo vengo a ofrecer mi  
corazón

Un corazón sirve para llevarlo puesto, no para dejarlo a salvo en casa, en la tele. Qué bien te queda ese corazón. Vamos creciendo y vamos latiendo y de las formas más crueles y por los caminos más retorcidos aprendemos que con el corazón no basta, pero basta de descorazonadores. Que sin el corazón ni se empieza a respirar al ritmo de los sueños, que sincorazón no se puede temblar de amor ni de frío descorazonados, que sin corazón no llega la sangre a ningún lado para que duela, para que arda, para sentir que tu abrazo me rodea por todas partes

Porque vos también sabés de esa sombra que va cubriendo todo, de la maldad sistematizada, del pecado estructural, de la constipación urbana. Sí, la ciudad más bella del mundo, toda la ciudad con agujeros rellenos de pan, con curitas sobre cascaritas sucias. Vos sabés del pánico en los pies que no cubre ninguna frazada, del tiempo de las espinas que hacen percusión en la sien, a la altura de la garganta, las que aflojan las rodillas. Y te pusiste la mochila, y te ataste los cordones para bancarte la épica cotidiana de resistir al desastre. Con el corazón a cuestas.

Y también supiste de esa puñalada ni sociedad ni anónima, esa intoxicación con nombre y apellido, de parte de quien probablemente no lo intentó, y por eso justamente. El veneno destilado por el corazón más amado, más conocido, más amasado, el que te corre por las venas que más sangre entregaron a un amor. Ese que espanta y que embriaga, pero que late y acompaña. Si en el encuentro hubo amor, la despedida duele. Y sí, no me mirés así, ya lo sabías, lo que no siempre recordás es que el dolor que está lleno de amor y es causado por él mima y sana las heridas, pero con otro amor más agradecido. Que es el mismo amor con otros ojos, otras palabras, argumentos más convincentes o canciones más coloridas. Que es el mismo amor pero con suero, a veces a distancia, casi siempre en minúsculas.
 
Un corazón muy livianito se vuela, uno muy pesado se arrastra. Los corazones están hechos para caminar y caminarse, para guardar los tesoros, para memorizar las manos que nos acariciaron. La memoria es selectiva pero sobre todo es memoria. El corazón es bobo pero sobre todo es corazón, víscera, bomba de vida, fuerza para el cambio, ritmo de pasos y de bailes, pulsión de más, sucursal de Dios.  
¿Vos dónde ponés el corazón?

viernes

agridulce


Bittersweet november

 
Es el noviembre fragmentado y vertiginoso que alterna esas emociones fuertes de confirmaciones, comunidades, abrazos y todas esas almas que tengo la oportunidad de pasar, aunque sea, de costado. Estos saltos del corazón alado, mezclados con horas interminables de traducción de un texto en latín, de despertares que llegan demasiado rápido después de noches muy cortas, un dolor en la espalda preciso y una mochila cada vez más difícil de llevar. 

Es el noviembre ruidoso de los encuentros inesperados y de-se-qui-li-bra-do-res que se dan y de los esperados, imposibles, que también se dan para darle algo que contar a un viernes de insolación.

El noviembre como un nudo de nervios a la altura del estómago, noviembre de evaluaciones del corazón y evaluaciones con notas, el noviembre del calor y la lluvia sin previo aviso, de los paseos y los museos.

Es este noviembre despeinado y ojeroso que afectará tiempos inverosímiles como marzo, este noviembre con ansias dulces de verano, siestas, fiestas y tramontana. 



Un noviembre tan improbable como el anterior, de unas carcajadas en el momento indicado y un bostezo lleno de lágrimas en el peor momento. Otro noviembre de planes, promesas y arrepentimientos por lo que dejé de hacer, por lo que no hice que sucediera. Como todos los noviembres de treinta días insuficientes de cafés, apuntes, colectivos y aulas que estallan de final. A esta altura y a este tiempo, a noviembre le falta demasiado por narrar, cantar y debatir. Lo transito ya sin censuras, esperanzas ni paciencia. Lo degusto con piedad y fragilidad, lo enfrento con lo que queda de mí en un ascensor lleno de gente, en un 132, en una capilla oscura, en mi barrio desolado, en mis varias aulas, a distintas alturas sobre el nivel del mar. Si diciembre es el silbato final, noviembre son esos cinco minutos de sufrir para mantener este 2 a 1, o hasta de jugarme por el último corner. Si diciembre es el recreo, la puerta para ir a jugar al verano, muero porque suene el timbre pero mientras, cuánto aprendimos, cómo nos reímos, qué bien que la pasamos, qué mal que nos portamos, en esta hora de clases.

martes

.

Love is her best dress but she never find a night good enough to wear it. She believes herself different, just like everyone else. She knows love is the answer but she has never heard the question. She is the treasure that I should had never recalled.

se tiene el corazón que se trae por defecto.-

aclaraciones



Se llaman “supuestos básicos subyacentes”  (SBS) a esas semiideas y pseudoconvicciones que unos y otras siempre creyeron y que no siempre son explicitados de manera racional. En general tienen una base psicoanalizable bastante morbosa, en forma de moralejas, refranes o prohibiciones inyectados en las neuronas por los más mayores que nosotros. No son siempre negativas, pero las más positivas suelen tomar forma de principios y ser declaradas frecuentemente, a la vez que inevitablemente traicionadas. Los SBS tóxicos, muchas veces son autodestructivos, cuando tienen que ver con uno mismo y sus vínculos, y otras veces son aproximadamente fascistas, en los casos en que están relacionados con la concepción de sociedad y política que, por más rudimentaria que sea, todos tenemos.

Esta es la innecesaria (como casi siempre) y malversadísima base teórica de esta lista de aberraciones que, junto con otras, van delineando una suerte de peligrosísimo perfil público de mi demasiadoparecidoamí alter ego virtual

Flor: tenés que dejar de escribir cosas autobiográficas, sabés que no sirve para nada, que no hace bien, que ni siquiera es de buena calidad. Ya sé, ya sé.

Aclaración: Los dos primeros párrafos tenían como fin último filtrar posibles lectores semichusmas, pervertidos y/u oportunistas que creían que estos renglones podían ser ingeniosos, divertidos, fáciles, develadores.

Aclaración: Las primeras 48 horas alrededor de mí, consecutivas o no, tienen como fin último filtrar a posibles semichusmas, pervertidos y/u oportunistas que creían que yo podía ser ingeniosa, divertida, fácil, develadora.

Aclaración: Todo lo que podría llamarse estrategia casi no tiene existencia en mí, ni mis buenas intenciones esperan reconocimiento o beneficio alguno a cambio. No hay plan a largo plazo al que le dure un round, entre garca y boluda siempre voy por la segunda opción.

Aclaración: La crueldad existe de la manera más ingenua y peligrosa en mí. De los villanos patéticos, soy la más patética, tanto que los villanos me detestan por arruinar su buen nombre.

Aclaración: Unas cuatro veces al día me pregunto si preocuparme por vos o salir corriendo a buscarte.

Aclaración: No me hago la copada, soy copada. En general no es por generosidad ni talento, sino porque no me banco las consecuencias de no serlo. Aunque hay un momento de la noche, de la cena y de la semana en que me rindo y espero que vengan a motivarme estímulos externos, o me voy a dormir la siesta.

Aclaración: No me gusta jugar porque no sé hacer trampa, me aburre perder y me asusta ganar.

Aclaración: No escribo porque puedo, sino porque quiero. Escribo porque no sé hablar. Debo hablar más veces de las que quiero ergo, la escritura, con lo cuestionable que sea su calidad y su utilidad, es la única expresión auténtica de mis deseos.

Aclaración: No estudio literaturas y gramáticas porque quiero, sino porque puedo. Porque entre mis desgracias de entrecasa, mi falta de valor y mi pálida constancia, el abecedario ordenado de formas mágicas es el mejor camino para convertirme en algo útil y poderoso a la sociedad. O por lo menos intentarlo.

Aclaración: Si me cruzás y justo estoy en un momento de verborragia avasallante, si te interrumpo cada cinco palabras para pronunciar sandeces o proverbios caídos en la más impura ranciedad: hacéme enojar, esperá sonriendo con paciencia a que me calle, o seguí de largo sin dejar explicaciones.

Aclaración: Después de una fracción de vida de preguntar acerca de las razones y causas de todo, alguien me contestó ¿y por qué no? Y supe que ¿por qué? era la pregunta más peligrosa, por la cantidad de dudas que dejan sus respuestas.

Aclaración: No es necesario que te empecines en ser inolvidable. Sí sería necesario que alguien escribiera un libro que no fuera malísimo y que explicara por qué las peores mañas, las mayores imperfecciones, los más increíbles errores hacen a los alguienes tan necesarios.

Aclaración: No conozco la forma de ser puntual ni concreta ni metafóricamente. No hay explicaciones oficiales al respecto, no se trata de las ganas de no llegar ni de pasar en casa más tiempo. Digan con caras de vecinas “es como pedirle peras al olmo”, díganlo, pero dejen de intentarlo.

Aclaración: No me interesa la dictadura funcional que rige al planeta. Soy torpe, absurda, ridículamente inaccesible y completamente disfuncional. No sirvo, no te sirvo y punto. Permutamos por una cierta dosis de creatividad, buena voluntad, predisposición y ganas de aprender.

Aclaración: Sí, todos los días me pregunto cómo tantas buenas lecturas, tantas malas películas, tantas canciones geniales y tantas personas despreciables no me inmunizaron a las lágrimas ni a la sorpresa, me pregunto cómo no me volvieron menos cursi y por qué no un poco más hábil.

viernes

esperanza

Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose. Etcétera.



ra
yue
la

lunes

La contradicción no siempre es incoherencia.



Dejé Latín III, una materia anual, a fin de octubre porque soy una tarada con un nivel de autoexigencia desmedido que no combina bien con mi falta de talento, mi incapacidad para organizar mi tiempo y mis ganas de dormir y ver capítulos de Friends.

Y lo peor, es que es muy probable que eso no sea lo peor.

Ahora dicen que es imposible, que a nadie que use zapatitos y viva en los suburbios del conurbano, entre esquinas rotas y selvas de jazmines, debería permitírsele amar el transporte público y alejarse de su zona más de diez kilómetros, mucho menos con ínfulas de salvadora del mundo.

No se entiende todavía en qué momento mi consumo literario de Borges y los premios noveles de literatura aprendió a convivir (con culpas y combates) con los Harry Potter, y aún más lejos, con canciones de la más baja lírica urbana, incluyendo reggaetones, y cumbias aún más antihigiénicas.

Mi adicción por los colores, los vestidos y los collages no comprende muy bien por qué mi habitación corre peligro de derrumbe, es descascarada, fea, desordenada y más bien insalubre, la ropa está tirada, mezclada con libros y apuntes, y hay una ventana dibujada en tiza blanca en la pared.

No les parece bien que no tenga piyama, y que adapte para tal fin cualquier jogging o remera grande en desuso, que no tenga pantuflas, que no use ropa deportiva para hacer deportes y aseguran que es altamente sospechoso que los sábados a la noche nunca use pantalones.

Mi desenfrenado consumo de cinematografía de las factorías Disney, Cris Morena y sus amigos choca polémicamente con mi talento para elegir desalmados, borders, terroristas y delincuentes polirrubros para integrar el staff de mis compañeros de besos y aventuras.

Está muy mal estudiar mucho para comprender bastante bien las causas de la pronta destrucción del mundo y mantener la sonrisa y amasar sueñitos. También está mal dormir tranquila en el tren sabiendo fehacientemente que hay mucha gente muy mala.

Mi talento para destilar ironía, crueldad y burla pierde completamente sentido cuando se junta con mi incapacidad de hacerme cargo de mis dichos malvados, mis ganas de salir corriendo cuando me persiguen las consecuencias y la ingente sensibilidad que me empapa (literalmente, hablamos de lágrimas) cuando veo bebés, perritos, documentales de historia argentina, o leo cartas viejas.

En mis aulas, pasillos y demás espacios comunes opinan que es incoherente y casi esquizofrénico insistir en ser promotora de poderes sobrenaturales y, escándalo, seguidora activa de un rocker llamado Jesús y mientras tanto, plantear y planificar errores universales y prácticamente hacer apología del delito hablando de revoluciones, transformaciones, distribuciones y demás esperanzas absurdas. Se preguntan si soy una cleptómana estratega o simplemente otra boluda.

Mis altas expectativas de vida combinan muy mal con la enorme cantidad de inconciencia con la que me desplazo por la vía pública y privada. Sugiéranme como amiga o amigo en facebook a quien encuentren más robable, atropellable y vulnerable a las plagas y epidemias mundiales que yo. Y ya no se sabe si es rebeldía o milagro el incontrovertible hecho de no ser nunca robada, nunca atropellada y casi nunca enfermada.

Es cualquiera que me apasionen en igual medida el tereré en vaso de lata, con juguito y dos hielos y el frapusúperchino de Starbucks.

Creo que todavía falta una buena versión de El día que me quieras. Y que Un argentino en Nueva York no es una película tan mala.

Hay gente que no entiende que Brillante sobre el mic siga calificando para la mejor canción de la historia, pero defienden con su vida a Arjona. Ahí la culpa ya no es mía.

No se entiende por qué canto tan fuerte si canto tan mal.

Ahora dicen que no se pueden usar dos estampados juntos. Y tampoco más de dos colores saturados a la vez. Y no se habla con desconocidos.

Nadie sabe por qué mis amigos y yo somos un crisol de razas, y por qué todo el tiempo parecemos una parodia de nosotros mismos.

La calidad y las buenas intencioens de los diarios que leo son inversamente proporcionales a mi optimismo por la mañana.

Mi especialización en perder el tiempo jugando al buscaminas o recortando pedacitos de revistas no explica mi inquietud por la paz mundial.

Me avisaron que mis superpoderes perdieron potencia, estabilidad y puntería, y que era urgente, que por favor me dejara de juntar con villanos, que no sea así, que no queda bien. Qué me importa.