Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

viernes

Cuidáte

Me subo al colectivo a cualquier hora, ya no sé si llego temprano de bailar porque son las 8 de la mañana, o si salgo tarde los días de semana a trabajar, porque son las 6. Salgo y vuelvo sin sol, cargada, maleducada, llevo ropa, libros, diccionario de latín, alcohol en gel, SUBE y algunas pociones por si acaso.

No sé si mi independencia te aburre o te preocupa, pero por las dudas, me tirás un cuidáte al final de la despedida. El ruego, la orden, se hace envolvente, abrazo ternura canción: cuidáte nena. Cuidáte por favor.

Lo que ni vos ni yo sabemos es que no te creés eso que socialmente aceptamos y llamamos independencia. Que esperás mis descuidos y mis grietas para verme caer, para cuidarme vos, para abrir la fisura y ponerle no sé, dulce de leche o amor.

Pero el momento memorable ya lo vivimos. Perdimos, probablemente, en la semifinal contra todos los clichés que en el mundo podrían haberse inventado. En tiempo récord. Cliché, si hasta pronunciarte es incómodo. 

Y sin embargo, y todavía, y con todo, cuidáte. El conjuro protector, tan juvenil tan coloquial, el deseo de que el escudo del amor de los que te quieren te acompañe y se quede con vos y en vos. Cuidáte. Cuando puedas elegir cuidarte y cuando no puedas evitar arriesgarte al azar de salir a la calle, cuidáte igual.

Y cuando te quedes solo, y cuando no te quede otra, por favor cuidáte. Sano y salvo. No te comas las uñas, no comas porquerías y no quieras a cualquiera. No digas todo lo que pensás y no vuelvas a pasarme tu número nunca

Cuidáte, de los que nunca están seguros y de los que saben todo. Del reloj del calendario y de la ansiedad. Cuidáte de la televisión los domingos. Cuidáte del alcohol. Cuidáte por favor de que las cosas queden claras alguna vez. Cuidáte, nene, de vos.

Y de las pibas como yo. 

La frase hecha, el saludo final, maternal, transformador y cuidador de tu vida y de la mía, que dicen todos y que espero de vos. Mi independencia es una estafa, es sólo la esperanza que grita, la esperanza de la existencia del ritmo de alguien que un día rime con mis propios relojes. Mi independencia es aferrarme a mucho más de lo que necesito y tener más de lo que tengo. Cuidáte es, siempre, cuidáme. 

Porque nadie te pide que te cuides solamente para que estés bien. Es para mí, cuidáteme, dativo de interés. Quedáteme, guardáteme, así, bien, como ahora, estáte.




Sano y salvo. Y bonito, por si volvemos a encontrarnos. 

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