Me quedo con dos trocitos de hilo marrón en las manos y te veo viéndome, deshilachado. Sé que te vas a deshilachar del todo y que junto a mí va a quedar un gran ovillo de colores otoñales. Te prometí volver mañana, con dos agujas, y tejerte de nuevo. ¿Cómo querés ser cuando te vuelva a tejer?
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