Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

viernes

apocalipsis


El último libro de la Biblia no fue escrito por un loco ni por un vidente, sino por un poeta. Un poeta comprometido políticamente, preso y perseguido. El apocalipsis no manifiesta afirmaciones para el futuro, expresa la lucha por el presente. Está escrito en código, con signos y señales para ser leído por los militantes de la vida de toda la historia, de cada generación, en cada trinchera.


El apocalipsis es el fin del mundo sólo en este sentido: significa quitar lo que esconde, revelar, denunciar, renovar. Es el fin de nuestros mundos siempre y cuando sea decir la verdad, rebelarnos, limpiar, romper y rearmar. Y reamar


En el año de los fines que un ciclo se haya cerrado como la serpiente que se muerde la cola, como el sol que relanza la jornada, implica que todos conocimos nuestros límites y nuestros objetivos, que las crisis despertaron nuestros deseos más puros y que la incertidumbre entrenó nuestra intuición. Que dijimos que no cuando antes condescendíamos, que dijimos basta donde nos sometíamos, que nos animamos a los mimos allí donde nos atragantábamos en el aislamiento.


Que te hayas sorprendido pensando que todo daría igual si ya no estuvieras acá pero que hayas invocado al futuro comprando pasajes para las vacaciones, eligiendo la ropa para noche buena, planeando tu casamiento, atrajo el futuro hacia nosotros y al fin nos salvó del fin.

Que me haya preguntado dónde y con quién quería estar cuando terminara el mundo sobre todo fue preguntarme dónde y con quién quería estar cuando el mundo continuara. Qué quiero hacer y a quién quiero amar.


Aunque crea que vos sos mi apocalipsis y aunque sienta que el futuro se me va de las manos cuando pospongo un final o cuando me resigno en dos horas de siesta, los regalos que trae diciembre deberían repetirme que todo lo mejor está por pasar, que ninguna explosión nos justificará de no hacer lo que teníamos ganas de hacer. Y que la ilusión de un mundo que se apaga a sí mismo es una excusa para los que esperan dejar de hacerse cargo de construir lo que viene.

El apocalipsis sí es hoy y sí es así. Sí es un final y sí es crisis y explosión. El apocalipsis es la revelación de la lucha de los cristianos cuando el Imperio los perseguía y los mataba por tener fe. Es un código de esperanza y una contraseña de liberación. Es fundamentalmente revolucionario y por eso no cuenta ningún final. Sólo arroja pistas para construir el principio


No hay comentarios:

Publicar un comentario