Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

domingo

sobre la verosimilitud del amor

"Digo que para contar lo improbable debemos usar un lenguaje improbable."




En mi vida, cualquier coincidencia de dos amores (el mío contra el de otro) me pareció extraordinaria, impronunciable. Escribí mucho sobre el desamor y la ausencia porque lo contrario, la intersección de dos caminos, la presencia y la continuidad me parecieron siempre impensables. 

Siempre que me encontré de verdad con alguien, hubo ingredientes mágicos y hasta trascendentales. Nada de lo que sucedió en mi historia se dio sin el lenguaje inverosímil de lo poético. Todo lo que nos pasó, fue más allá de lo imposible y cuando lo recuerdo, me cuesta recuperar los detalles cotidianos y se quedan latiendo en mí aquellas solemnidades básicas que nos hicieron eternos.

Imposible alejarme de los arcos de los personajes de las sagas que me marcaron, nunca puedo leer mis amores a distancia de algunos versos, de las canciones que los musicalizaron, de las escenografías que habitamos, de las batallas finales de mi literatura fantástica. 

Quiero decir que para mí reconocerme amada en una mirada poco tiene que ver con un tratado de física cuántica y todo con una novela rusa. Quiero decir que no hay nada de inverosímil en el amor, como no hay nada de inverosímil en un hechizo que puede transformar el agua en vino. Nunca el amor es real como quisiera Freud, siempre es un milagro inesperado, una experiencia extraterrestre, un espacio celeste, una estrofa inexplicable. 

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