No era más que un zorro semejante a cien mil zorros, pero yo lo hice mi amigo, y ahora es único en el mundo.
porque decirte amigo, decirte amiga es decir
la palabra más parecida a la sonrisa.
porque de toda la potencia humana,
de todas las alternativas para vivir, poder decir amigo,
susurrar, intuir que se puede pronunciar la palabra mágica
y hacer eco en otro corazón.
porque de todos los caminos,
el único en el que me parece que vamos
llegando en cada paso.
ese en el que caminar es latir.
porque en toda la historia no se pudo negar,
porque en toda la historia no se pudo negar,
no se pudo legislar, reglamentar o prohibir.
porque no hubo marchas ni en contra ni a favor,
porque no se pudo, no se puede dudar de su existencia.
porque millones de abrazos en este momento
en todas partes no dejan de confirmar
la vigencia del milagro.
porque la construimos, la cocinamos con errores y tropiezos,
con excusas, con imperfecciones, distancias, deseos y gritos,
preguntas y silencios.
nos desarmamos y nos volvimos a amar, anduvimos sin buscarnos sabiendo
que andábamos para encontrarnos.
porque intentamos y porque no se puede,
poner límites, denominaciones, etiquetas,
porque edificamos muros y estructuras,
pero no te puedo negar que te quise sin querer,
y que no puedo dudarte.
porque sí podemos vivir todas las horas de un día juntos,
todos los días de una semana encontrando siempre algo que decirnos,
descubriéndonos a cada rato sorpresa y misterio.
y también podemos perdernos una temporada completa
y convocarnos a una puesta al día,
cualquier día, sin reproches,
como si no hubiera pasado un solo día, un solo minuto.
porque no hay desastre de sábado que te arruine,
porque no hay desastre de sábado que te arruine,
no hay caos que me desoriente
cuando entreveo tu mirada entre la gente,
no hay certeza que quede en pie cuando
me tirás la pregunta precisa en el momento justo,
y das vuelta el espejo para ver todo de otra manera.
porque no siempre tuvimos la suerte de acertar ni de aprender.
pero experimentamos el privilegio único
de equivocarnos juntos.
tirar todo por la borda del desencanto
y salir a naufragar sin explicaciones
en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.
porque no hay nadie que no entienda,
nadie que explique o teorice mejor que otro
la magia de que estés,
de invocarte, llamarte así y encontrarte más real
que todo lo demás.
porque el maestro más maestro
necesitó amigos y necesitó usar la palabra amigo
para explicar su estilo de amar,
porque es irreversible la verdad, la convicción:
darte mi vida es la mejor manera
de sentirme más viva y amada que nunca.
y compartiendo las idas y las vueltas,
asumiendo fragilidades y tropiezos,
desenrollando quilombos y tejiendo el abrigo
que me cuida de cualquier tormenta y tarde de frío,
poniendo las manos en el fuego por vos y por vos y por vos, bajando los brazos y rindiéndome
para que me retes, me putees y me levantes,
destrozando los archivos
y escribiendo páginas nuevas
en cuadernos limpios,
llevando la misma mochila
y volando juntos cuando ya no quedan
ni cornisas para hacer equilibrio,
no hay tristeza demasiado grande
ni muerte que nos mate tanto
que no la rompamos en pedacitos con una carcajada,
no hay herida que arda tanto
que no la puedas curar con un abrazo de esos,
no hay soledad tan fría que no se acobarde
cuando me pasás un mate (o alguna otra bebida),
no hay batalla perdida si cuidás mi espalda,
no hay dolor que me destruya cuando te miro
y me acuerdo que no es casualidad
poder decirte y que me digas,
Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto mas avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad. Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Los rituales son necesarios.