Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

jueves

Ensayo de un ensayo sobre los ensayos



Ensayar

La bailarina lleva ya muchos años de práctica. En la pared de su habitación cuelgan, como adorno, sus zapatitos de baile. El tiempo pasó, y de mucho danzar se desgastaron las costuras, la punta de yeso.

Tal vez seamos parte de un ensayo. Aún no han fijado fecha para el estreno de la obra, la primera función. Por eso, por las dudas, todos los que somos parte de este show le ponemos tanto empeño. Incluso los vestuaristas y maquilladores, los iluminadores y los de la orquesta. Todos saben muy bien su parte, pero el tiempo pasa y no sabemos bien para qué ensayamos, sin público ni críticos.

Así puede ser nuestro tiempo, ¿no?... siempre cumpliendo con nuestra parte, con método y con rutina, día tras día con mediocre perfección y tal vez con ganas, tal vez con entusiasmo y hasta con pasión pero sin sentido. Si hay un sentido, no lo conocemos. Si hay un sentido, que nos venga a salvar.

Yo soy una de las bailarinas, gasto las suelas de mis zapatitos como el tiempo se desgasta, se va carcomiendo, perdiendo, derritiendo. El miedo a perder ese tiempo se parece a estar en equilibrio, al momento justo antes de la caída, del tropezón. Es como bailar un esquema memorizado con temor a olvidarlo, a fallar el paso. El escenario es el parasiempre del tiempo. La música marca el ritmo, incesante. Por momentos la canción es armoniosa, titila como luciérnagas en el teatro. Algunos ensayos los músicos confunden las notas, y sólo lanzan ruido, y todo es un desastre. No siempre los ensayos salen bien, no siempre el director está conforme.

Disfrutamos con ansiedad el descanso hasta el próximo ensayo, todo el equipo intercambiando experiencias, impresiones. No se descubre, a simple vista, la jerarquía, no son tan obvios los roles. Es como un recreo, ¿te acordás?

Al final de esta pieza tal vez se hayan gastado estos zapatitos, tan blancos, tan delicados. Tal vez esté descalza y sangrando, las suelas desgastadas. Pero tengo la esperanza de que allí no termine mi tiempo. Por ahora, con cierta frecuencia hay un tropezón, y con menos frecuencia tocan mi canción preferida.

¿Qué lugar nos toca, a todos, a cada uno? ¿Protagonistas, suplentes, personas ocultas detrás del telón, o ser parte del público? ¿Qué decorado tiene nuestro escenario, el escenario que nos tocó? ¿Majestuoso, recargado, simple, de mal gusto, paupérrimo? ¿Quiénes son nuestros compañeros de elenco, qué relaciones ficticias, actuadas tenemos con ellos? ¿Qué tipo de zapatos lleva usted, qué relación tienen con su coreografía? ¿Zapatos de trabajo, de algodón, zapatillas? ¿A dónde pisa, y con qué cuidado? ¿Quién es el director de esta obra? ¿No será el estreno (que alguien pospone, o nosotros mismos, por miedo) el final del tiempo, el final de nuestro tiempo?

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