Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

lunes

sudestada


Si yo pudiera ver entre tus labios los momentos que te dejaron solo, si hubiera una chance de escapar de esta tiniebla monárquica y espástica en la cima de nuestros días.

Pero no. La distancia está planteada por un averno licuado, por un extremo danzante, un diccionario florido, un código de reglas infranqueables.

(Pero nadie nos asegura qué hubiera pasado en otro contexto, en otro tiempo, bajo otras lunas. Si esas reglas fueran canciones y las penalizaciones otras, y las acepciones pusieran límites a los dolores que cargamos.)

Pero no. Mis problemas cuelgan al sol y ponen a secar las páginas de un libro que me empecino en borrar. 

En la montañanovela rusa de sentimientos polarizados que emergen por cualquier adornito que encuentro en un estante, un bollito en el fondo de la cartera, el tiempo perdido en una huella, las ganas de haber sido un día la chica más bonita del aula, allí se funden mis deseos instalados en lo que no fue. 

Las tormentas de verano anuncian desbordes que otros diques retendrán hasta que alguien pronuncie el conjuro que los rescate de su estancamiento. 

El calor previo al desenlace, la humedad que sube, el trueno que desata la tempestad. El ruido que genera el encuentro, el cielo que abre caminos peligrosos. 

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