Love is her best dress.

She never find a night good enough to wear it.

viernes

SÍ.


Sí, prometo.
 


¿A qué le decimos sí hoy? ¿A ser argentinos, a seguir siendo argentinos? Pero por todas partes vemos, muchos nos dicen, la televisión recuerda, las noticias confirman, el mundo sólo observa la identidad del argentino prejuicioso, el argentino mentiroso, el argentino fanfarrón, el argentino vago, el argentino corrupto, el argentino cobarde, el argentino apático. 

Nosotros mismos sabemos de niños argentinos con escarapelas aburridos en un acto escolar, sin entender qué tiene que ver todo aquello con ellos mismos, jóvenes argentinos insultando a la pantalla del noticiero pero escapándose de todo en las próximas elecciones, adultos argentinos apostando de nuevo por el soborno y la resignación ante la mentira, por el pesimismo oscuro y quejoso, ancianos argentinos con rencor con el pasado, con temor y desdén por el futuro que no verán, pero que presienten imposible con nietos como nosotros.

Argentinos de tercero humanidades, hoy y ahora, ¿quiénes queremos ser? ¿Qué argentinos queremos ser, quiénes somos? ¿Qué recibimos como identidad, qué queremos dar?

Hoy decimos sí y sí fuerte, mamá, papá, profesores. Escuchen. Compañeros y amigos, los chicos de los bordes del patio, que están aburridos y con frío, escuchen, que hoy los más grandes de la escuela decimos sí. Decimos sí a lo que aprendimos en casa, y a lo que nos enseñaron en este patio, en estas aulas. 

 
Decimos sí a otro proyecto, a una nueva creación desde lo posible. Decimos sí al compromiso, a estudiar, a trabajar, a cuidarnos y acompañarnos, a involucrarnos, a proponer, a responder, a hacernos cargo, decimos sí a ser argentinos, a sentir ganas de conocer y defender cada rincón de este país, e izar tan alto nuestra bandera que pueda confundirse con el celeste y blanco del cielo, este cielo que hoy es testigo de nuestra promesa a la bandera argentina, la promesa a empezar hoy que empieza el día. Decimos sí a jugarnos por ser todo aquello que estamos llamados a ser.

Queremos levantar un sol en un nuevo horizonte, una nueva altura, un nuevo cielo en un día nuevo. Queremos levantar al que hace tiempo se cayó y fue pisado, al que no sabe de escaleras, queremos levantar al que se quedó sentado al borde del camino, al que ya no cree que haya un camino. Queremos que ese día, este día, no sea como todos, cuando en todos los patios de escuela del país se iza una bandera. 

Queremos izar una bandera que se levante, desde nuestros pies, desde nuestro barro, no marcando límites, no como pantalla ni como publicidad política, sino que se despegue del suelo porque amanece, porque aclara, porque su sol se levanta sobre nosotros, levanta nuestro horizonte y nuestra mirada sin dejar a nadie al ras del piso, sino a todos despertando porque aclara, porque el sol es luz y es calor, y es para todos y con todos, cruzando el cielo, el día de trabajo, brillando sobre el amor y el sufrimiento, cuidando la vida en todas partes.

El cielo cambia, el cielo en que ponemos nuestros ideales, deseos, sueños, miedos, preguntas, las estrellas que nos guían, las lunas que movilizan nuestras mareas: crecemos y nuestro cielo cambia.
Cambia porque hay cosas nuevas, y todo lo nuevo necesita de un nuevo impulso, diferente, más fuerte. Queremos este impulso, este empuje, esta fuerza, viento de madrugada que despierta y limpia.
Nos enfrentamos a un nuevo camino, donde estamos seguros que surgirán piedras, pruebas y nuevas almas en las que encontraremos la posibilidad de dar todo lo que tenemos, para seguir caminando, poniendo el corazón en cada paso.



Son palabras, 
no es mucho pero tampoco es nada, 
hoy, es nuestra palabra, 
es la expresión comunitaria de un deseo, 
una propuesta, un sueño y un compromiso. 
Es el SÍ de tercero humanidades.

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